La vivienda social sigue siendo una cuestión no solucionada en los países latinoamericanos. El proceso de urbanización tardío e incompleto generó dificultades en la consolidación de una política habitacional que contemple a toda la sociedad, quedándose restricta a las clases formalmente integradas al mercado de trabajo. Varios autores han atribuido el problema – o falso problema – habitacional a la institución de la propiedad privada de la tierra por el sistema capitalista (Villaça, 1986; Maricato, 1979; Bollafi, 1982). Una vez que la casa está vinculada al terreno, la vivienda se convierte en una mercancía escasa, sujeta al precio de la tierra y a la renta de localización (Villaça, 2012). La mercantilización de la vivienda ha imposibilitado que gran parte de la población tenga acceso a ese derecho. A los sectores más populares la única solución que les resta es la autoconstrucción en las periferias y áreas ambientalmente fragilizadas. Otra cuestión acerca de la producción de la vivienda social se refiere a su articulación con otras infraestructuras básicas (salud, educación, ocio, etc.) que posibilitan el desarrollo social de los ciudadanos. Producir casas es producir ciudades, sin embargo, muchas políticas habitacionales siguen ignorando esa premisa, contribuyendo para que las ciudades sean cada vez más desiguales y poco accesibles a las camadas más populares. Aunque la vivienda sea una necesidad básica humana, un derecho previsto en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) y en la legislación de varios países de América Latina, la conquista de este derecho básico no se haría posible sin las luchas pró-vivienda. Además de reivindicar el derecho a la moradia digna, estos movimientos buscan soluciones concretas al problema.
En Ecuador, las grandes ciudades Quito y Guayaquil sufrieron una explosión demográfica y pasaron por un acelerado crecimiento de la mancha urbana con la formación de periferias precarias. Carrión y Erazo (2012) describen las particularidades de este proceso en Quito, donde las condiciones geográficas y económicas promovieron el crecimiento longitudinal y estratificado, concentrando en el norte las clases altas, mientras las clases obreras ocupaban el sur, junto a las industrias. Frente a esta realidad desigual, las camadas populares se organizaron en prol de la vivienda y tuvieron que recurrir a la autoconstrucción en las periferias a partir de las cooperativas y comités (Godard, 1987). Los aciertos y desaciertos de las luchas pró-vivienda en Quito han contribuido para la formación de actores claves que impulsaron alternativas para el problema de la vivienda. De este acumulo de experiencias surge la Cooperativa de Vivienda Alianza Solidaria – COOVIAS. Aunque otros estudios han descrito las cooperativas de vivienda uruguayas y chilenas, el ejemplo ecuatoriano reúne elementos de la cultura ancestral, del cooperativismo y de la economía popular y solidaria para generar un hábitat de calidad para los asociados, superando la visión mercantilizada de la vivienda.
En 1991, el municipio de Quito presentó el Plan Quitumbe con el objetivo de crear una nueva centralidad en el sur de la capital. El plan buscaba incrementar la oferta de vivienda a partir de los datos del déficit habitacional identificados por la Junta Nacional de Vivienda en aquel tiempo y superar la reducida presencia de equipamientos públicos en el sector. Sin embargo, el plan solo fue retomado una década después, momento en que la COOVIAS adquiere un terreno en el sector, con aproximadamente 6 hectáreas para la implantación de vivienda de interés social para 60 familias. El terreno fue adquirido sin ninguna infraestructura y estaba delimitado por dos quebradas (ravinas) utilizadas como botadero de basura por las industrias. El modelo de adquisición comunitario posibilitó que se firmen acuerdos entre la cooperativa y el municipio para la implantación de la infraestructura inicial. Como parte del proceso de gestión, la COOVIAS creó una “unidad gestora” formada por algunos asociados y técnicos contratados, así, a partir de un intenso proceso de participación, los futuros moradores pudieron definir las condiciones de ocupación del terreno, la tipología y los materiales de las viviendas, las formas de pago y, finalmente, el destino de las quebradas (Coovias, 2012).
Desde el inicio la COOVIAS estuvo preocupada en crear una cultura de educación y capacitación para la formación de comunidades conscientes, participativas, solidarias y autogestionadas. Esto ha fomentado un posicionamiento crítico de los asociados, llevando, por ejemplo, a la decisión de recuperar las quebradas para la implantación de un parque ecológico, a partir de mingas, una manera ancestral de trabajo comunitario (Melo, s/f). Esta decisión es de gran importancia en el contexto ecuatoriano, una vez que estos espacios están presentes en el imaginario popular como depósitos de basura y desfogue de aguas servidas. Además, la actuación pública ha tratado las quebradas como obstáculos a la urbanización, adoptando la práctica rellenarlas. Esta decisión cambió el rumbo del proyecto y su alcance político, una vez que la COOVIAS se convirtió en un exemplo paradigmático en la promoción de la vivienda social a partir de una visión integral del hábitat, influenciando políticas públicas de preservación ambiental.
Referencias bibliográficas
Bolaffi, G. (1982). Habitação e urbanismo: o problema e o falso problema. En: Maricato, E. (Ed.). A Produção Capitalista da Casa (e da Cidade) no Brasil Industrial (pp.37-70). São Paulo: Alfa-Omega.
Carrión, F. and Erazo, J. (2012). La forma urbana de Quito: una historia de centros y periferias. En: Bulletin de l’Institut français d’études andines (pp.503-522), 41 (3).
COOVIAS. Cooperativa de Vivienda Alianza Solidaria. (2012). La Cooperativa de Vivienda Alianza Solidaria 10 años de historia: procesos y aprendizajes 1990-2010. Tomo I [Libro] Quito, Ecuador: Archivo COOVIAS.
Godard, H. (1987). Quito – Guayaquil: Eje Central o Bicefalía. En: CEDIG. El Espacio Urbano en el Ecuador (pp 108-136. Quito, Ecuador: Instituto Geográfico Militar.
Maricato, E. (Ed). (1979). A produção capitalista da casa (e da cidade) no Brasil industrial. São Paulo, Brasil: Coleção Urbanismo.
Melo, F. (s/f). Autogestión Comunitaria para el Buen Vivir. Una experiencia de economia solidaria para la construcción de hábitat, comunidad y vivienda en entornos urbano populares. Quito, Ecuador: Presidencia COOVIAS.
Villaça, F. J. M. (2012). Reflexões sobre as Cidades Brasileiras. São Paulo, Brasil: Studio Nobel.
Villaca, F. J. M. (1986). O que todo cidadão precisa saber sobre habitação. São Paulo, Brasil: Global.